AMENZA DE PARTO PRETÉRMINO
La amenaza de parto pretérmino consiste en la aparición de contracciones uterinas regulares y modificaciones en el cuello del útero (borramiento y/o dilatación), antes de las 37 semanas de gestación. Según las semanas de gestación al nacimiento, podemos diferenciar:
- Recién nacido previable: antes de las 24 semanas de gestación.
- Prematuro extremo: recién nacido entre las 24 y las 28 semanas de gestación.
- Muy prematuro: recién nacido entre las 28 y las 32 semanas de gestación.
- Prematuridad moderada: recién nacido entre las 32 y las 34 semanas de gestación.
- Prematuridad tardía: aquellos bebés que nacen entre las 34 y las 37 semanas de gestación.
¿Se puede prevenir?
La medida de la longitud del cuello uterino durante la ecografía morfológica del 2º trimestre (20 – 22 semanas de gestación), es un buen predictor de la amenaza de parto pretérmino. Mediante esta medición, podemos identificar una gran parte de aquellas pacientes con riesgo de parto prematuro, e incluso instaurar un tratamiento preventivo.
¿Se puede tratar?
De forma general, las amenazas de parto pretérmino que van a ser susceptibles de tratamiento van a ser aquellas que se producen entre las 24 y las 35 semanas de gestación. Antes de las 24 semanas de gestación, es necesario individualizar cada caso, pero de forma general no se realiza tratamiento. Del mismo modo, más allá de las 35 semanas de gestación se deja evolucionar el parto de forma normal.
¿Cómo se trata?
El tratamiento de la amenaza de parto pretérmino tiene varias vertientes:
- Fármacos tocolíticos: son aquellos que se utilizan para hacer desaparecer las contracciones. Los más usados son el atosibán y el nifedino. Ambos presentan muy buen perfil de seguridad y buena tolerancia por parte de las pacientes.
- Corticoesteroides: se administran para favorecer la maduración pulmonar del feto. Es una estrategia profiláctica en el caso de que el parto no se pueda frenar y se produzca el nacimiento. El objetivo es mejorar la adaptación respiratoria del neonato. Además, también disminuye las probabilidades de otras complicaciones propias del neonato.
- Sulfato de magnesio: se utiliza para aquellos casos en los que hay riesgo de parto inminente antes de las 32 semanas de gestación. Es un fármaco que tiene un efecto protector sobre el cerebro del neonato.
- Antibióticos: se utilizan en casos específicos en los que existe riesgo infeccioso. Un caso habitual sería aquel en el que se ha producido una rotura prematura de membranas
¿Cuáles son los signos y síntomas de alarma?
Una gestante debe acudir a urgencias para excluir la presencia de una amenaza de parto pretérmino en aquellos casos en los que presente:
- Contracciones regulares que no desaparecen con el reposo.
- Sensación de pérdida de líquido amniótico.
- Sangrado vaginal.
- Dolor abomino pélvico que pudiera tener origen uterino.
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